Cuniburo FC y Vargas Torres acabaron con años de espera en el infierno
Quedó en evidencia que FEF deberá trabajar en un torneo evidentemente semi amateur
El torneo de Segunda Categoría de la FEF vivió una nueva edición en este 2022. El llamado “Infierno del Fútbol Ecuatoriano” terminó con el ascenso, inesperado desde todo punto de vista, del Cuniburo FC y Vargas Torres.
El Cuniburo FC de Pichincha y Vargas Torres de Esmeraldas cumplieron el sueño de ascender a la Serie B de la Liga Profesional del Ecuador, después de varios años en la Segunda Categoría. Ellos tendrán la responsabilidad de reemplazar a un histórico del fútbol nacional como el Centro Deportivo Olmedo, y al Atlético Santo Domingo.
Después de varios años siendo un actor de reparto en los torneos de Pichincha, el elenco del Duende entendió que necesitaba inversión de capital extranjero, mismo que consiguió como producto de haber sostenido un manejo equilibrado a lo largo de su historia. Así las cosas, y sin haber sido gran dominador del respectivo torneo provincial, el equipo del entrenador Germán Corengia sí se destacó cuando ya tuvo que hacerles frente a rivales de otros sectores del país, en los play offs nacionales.
Lo del Cuni es la otra cara de la moneda. Vargas Torres, el otro ascendido, es un club que estuvo expectante por mucho tiempo en la categoría. Dominador absoluto en el fútbol de Esmeraldas, el equipo de Barrio Caliente siempre se quedaba en la antesala del gran objetivo, y en medio de buenas participaciones en la Copa Ecuador.
En la gran final el Cuniburo FC se coronó campeón, en partido único disputado en el estadio 7 de Octubre de la ciudad de Quevedo. En tiempo reglamentario los equipos no se hicieron daño y las cosas se definieron vía lanzamiento de tiros penales, donde los capitalinos se impusieron por cuatro a tres a los esmeraldeños.
Más allá de los ascensos, la competición mostró tener una organización semi amateur. FEF tendrá que tomar varios correctivos para darle una relevancia mayor, en medio de situaciones que no los dejó en buen predicamento. Clubes que sobre la marcha no sólo que fueron perdiendo puntos por incumplir los reglamentos o por no pagar los salarios de su personal, y otros que de plano desaparecieron del mapa deportivo nacional por las mismas razones, al ser desafiliados de la organización, son situaciones que se deben legislar para dejen de ocurrir. También se vio, puntualmente en el Latagunga City, y en instancia de play offs, que los jugadores del equipo decidieron no presentarse a un partido definitivo en protesta por falta de pago.
En medio, quizá uno de los escándalos más graves que vivimos en este 2022. En la cancha del estadio Olímpico Atahualpa, una terna arbitral fue brutalmente agredida y estuvo a punto de ser linchada por un puñado hinchas de Sociedad Deportivo Quito, que sintieron que el club estaba siendo perjudicado en un encuentro ante ESPOLI. Al final de cuentas se pudo conocer que uno de ellos fue detenido por la Policía Nacional, con colaboración del elenco de La Plaza del Teatro, pero el caso se fue diluyendo hasta el punto de no volver a ser nombrado, sin que se sepa el desenlace del mismo y mucho menos que se conozca si es que las investigaciones por castigar a los agresores prosperaron. Todo se resolvió con un castigo para los azulgranas, y nada más.
Tristemente, la Segunda Categoría de 2023 seguirá siendo albergue de equipos que por historia deberían estar en primera división, y que por malos manejos dirigenciales se ven avocados a pulular en la misma. A Liga de Portoviejo, Deportivo Quevedo, Audaz Octubrino, Patria de Guayaquil, ESPOLI y Sociedad Deportivo Quito, se une el Centro Deportivo Olmedo. Casi todas ellas instituciones que como mínimo ha representado al país en torneos internacionales y que ahora sobreviven sin que un futuro promisorio se vislumbre en sus entornos.
Finalmente la televisión. Desde hace dos campañas, y especialmente en instancias finales, FEF ha decidido entregarle la exclusividad de las transmisiones a una empresa que no ha estado a la altura de las expectativas, que no brinda un servicio tecnológicamente profesional para quienes lo siguen y que tampoco ofrece ningún ingreso a instituciones que tanto lo necesitan. En instancias previas, cuando son los equipos y sus dirigencias los que se encargan de difundir los partidos, se pudo ver mayor calidad de transmisiones. Si de alguna manera de pretende ayudar, un lindo detalle sería liberar los derechos de transmisión.
Luis Alberto Otero Hurtado