El Nacional HIZO POSIBLE LO IMPOSIBLE, al coronar y celebrar en un año de penurias y promesas que se llevó el viento
El Rojo jugará la Copa Libertadores, pero tendrá sobre sus espaldas una verdadera pesadilla para cumplir con su presupuesto y con lo que ha ofrecido
El Club Deportivo El Nacional vivió un año que no se repetirá. Ha sido un 2024 completamente fuera de sentido, para bien, debido a que lo que fue, es y será por un buen tiempo más: una pesadilla, tuvo un final feliz; con todo y vuelta olímpica de por medio.
El Rojo fue atacado por el fantasma de las deudas en todo el año, sus compromisos adquiridos con instituciones del estado y deudas con gente que pasó por sus filas, hicieron que no haya plata que les alcance. Sumado a eso, la poca visión dirigencial y los cálculos erróneos cuando asumieron funciones. El resultado, fueron reclamos incansables de jugadores y trabajadores de la institución, casi suplicando la gestión de su presidente para poder cobrar sus haberes.
En medio de una campaña muy mala en la Liga Pro Ecuabet, aunque nunca llegó a estar comprometido con el descenso, sus futbolistas y cuerpo técnico sacaron fuerzas de flaqueza en la Copa Ecuador, la ganaron con sobra de merecimientos, y al final de cuentas se colaron en la Copa Libertadores de América de 2025. Son dos inyecciones económicas no menores para un equipo al que le amenaza la quiebra. Y eso no tiene precio.
A nivel dirigencial, es comprensible que el equipo tuvo que lidiar con una gestión saliente que barrió la casa por debajo de la alfombra, pero al que la mugre no tardó en aparecerle. Se vio poco tino y manejo de camerino, en la polémica que terminó con el despido de Ever Hugo Almeida, y la asunción, por “coincidencia”, de un Marcelo Zuleta que llegó para fungir como gerente deportivo. El golpe de estado fue un escándalo, porque además de cortar un proceso que hacía lo que podía con lo que tenía, terminó por costarles una resta de puntos por una deuda que el entrenador paraguayo decidió no perdonar más.
El futuro no es promisorio. Después de un 2024 con premio y celebración, lo que aparece en el camino de Los Puros Criollos es sombrío, salvo un gran golpe de timón que les permita conseguir los ingresos millonarios que se necesitan. Caso contrario, tendrá que, con lo poco que entra a su caja, seguir lidiando con los problemas financieros; tapando un hueco y abriendo dos en el camino. Porque muchos de sus dineros más pesados, ya están comprometidos y no se recibirán en 2025.
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