La Champions está diseñada para ser aún más dura con los "grandes"
Ahora mismo, los equipos de toda Europa disputan las rondas de clasificación en un intento por asegurarse la entrada en la Fase de Grupos
Cuando se propuso hace unos años, la idea de una Superliga europea -una competición entre clubes europeos de élite que pondría fin a su participación en sus respectivas ligas nacionales- fue recibida con el sarcasmo y desprecio del público. La propuesta, que supuso la creación de una competición separada en la que participarían grandes clubes como el Real Madrid, el Bayern de Múnich, el Manchester United, la Juventus y el Liverpool, provocó una enorme reacción de los aficionados y de los organismos rectores del fútbol, como la UEFA. No obstante, los críticos sostienen que la UEFA ofrece el mismo trato en un formato renovado a través de la Liga de Campeones.
Piense en la Liga de Campeones 2023/24. Ahora mismo, los equipos de toda Europa disputan las rondas de clasificación en un intento por asegurarse la entrada en la Fase de Grupos, momento en el que comienza verdaderamente el torneo. Son decenas y decenas de estos equipos en la fase de clasificación, que representan a campeones de liga de todo el continente (y partes de Asia). Un calendario agotador, sobre todo porque llega en un momento en el que la mayoría de los equipos europeos se recuperan de una larga temporada.
Los "grandes" equipos representan más de la mitad de la competición
No obstante, si se trata de un equipo de La Liga española, la Premier League inglesa, la Serie A italiana o la Bundesliga alemana, no tiene por qué preocuparse. El acceso a la fase de grupos se concede independientemente de que haya quedado primero, segundo, tercero o cuarto en su liga. La Liga, de hecho, enviará a cinco clubes a la Liga de Campeones, pues el Sevilla también se clasificó tras ganar la Europa League la temporada pasada. Inglaterra, Italia y Alemania enviarán cuatro cada una. En total, 17 de los 32 equipos de la Liga de Campeones procederán de esos cuatro países. O si quieren verlo de otra manera: la UEFA tiene 55 países miembros, y más de la mitad de los equipos de la Liga de Campeones proceden de España, Inglaterra, Alemania e Italia.
Nada de esto resulta chocante. La situación es así desde hace mucho tiempo, si bien los ajustes introducidos en el sistema de la UEFA hacen que cada vez menos equipos de las cuatro grandes ligas deban pasar por las rondas de clasificación. Ahora bien, no se trata de una crítica. La Liga de Campeones es un producto global. Y si uno es aficionado al fútbol en Ecuador, querrá ver jugar entre sí a equipos como el Barcelona, el Real Madrid, el Liverpool y el París Saint Germain. El telespectador medio no quiere ver a los campeones de Islandia o Moldavia en el Camp Nou: quiere ver enfrentarse a los grandes aspirantes.
No obstante, si se considera la equidad, tal vez haya que fijarse en el Unión Berlín. Se trata del equipo que terminó cuarto en la Bundesliga alemana la temporada pasada. La 2023/24 será la primera vez que el club compita en la Liga de Campeones. El equipo tiene muy poco pedigrí en competiciones europeas, y sin embargo se beneficia de una inscripción automática. Equipos como el PSV Eindhoven, el Marsella, el Galatasaray y el Panathinaikos, algunos de los cuales son antiguos campeones y finalistas, deben luchar en la ruleta de la clasificación.
Un sorteo diseñado para separar a los grandes
En el sorteo de la fase de grupos, el sistema de cabezas de serie de la UEFA garantiza el favoritismo de las 4 grandes naciones. Un equipo no puede ser emparejado con otro del mismo país. Puede ocurrir que el Barcelona quede incluido en el mismo grupo que el Manchester United, o que el Real Madrid y el Manchester City queden emparejados, pero el equilibrio de probabilidades permite que los equipos más fuertes queden protegidos unos de otros. Lo mismo ocurre en la siguiente fase, los octavos de final, donde los equipos de una misma nación quedan separados.
Conviene saber que la UEFA planea una importante revisión del formato de la Liga de Campeones, que incluye la ampliación de la fase de grupos de 32 a 36 equipos. Una vez más, las grandes selecciones se benefician de ello. En Francia, por ejemplo, se garantizan cuatro plazas en la fase de grupos. Además, se concederán dos plazas en función de los coeficientes de la UEFA (el sistema de puntos con el que clasifica a los equipos de todo el continente), lo que significa que si un equipo como el Real Madrid o el Manchester United acaba fuera de los puestos de clasificación en su liga nacional, recibirá una entrada en la Liga de Campeones como dispensa especial.
Una vez más, no se trata de una crítica, tan sólo de un hecho de la nueva realidad de la Liga de Campeones. La “Champions League” se está convirtiendo en la Superliga que los grandes clubes intentaron formar en 2021. Técnicamente, aún es posible que un equipo pequeño se clasifique y gane el mayor premio del fútbol de clubes, como hizo el Steaua de Bucarest en 1986 o el Oporto de José Mourinho en 2004. No obstante, la tarea es mucho más difícil. Ya no queda mucha "suerte" en el sorteo. Es una competición diseñada para favorecer a los grandes equipos del oeste del continente, que se enfrentarán entre sí una y otra vez en una competición que fue diseñada para representar a toda Europa.