¿Y ASÍ LO DEJARON IR? Joe Armas explicó cómo dotó a Imbabura SC de ADN de juego y de una CANTERA (VIDEO)
"Desde el primer día quisimos crear una identidad de juego, basados en un método de entrenamiento que debían seguir todas las formativas"
Joe Armas, director técnico ecuatoriano y quien el pasado día martes sorprendió al país al confirmar que dejó su cargo en el Imbabura SC, brindó una rueda de prensa en la que explicó los pilares de una gestión que duró tres años.
El joven entrenador ecuatoriano Joe Armas, le mostró al país algo que muy pocos sabían: el real proyecto que supo llevar a cabo con el Imbabura SC, que contempló, además de lo futbolístico con el primer equipo, una estructuración total de divisiones formativas y un enfoque social asombroso.
Su propuesta inicial. “Cuando nosotros llegamos a la institución, la primera reunión que tuve con los jefes les manifesté la visión de proyecto global que tenía con Imbabura SC, y gracias a su respaldo y aceptación lo pudimos desarrollar. De manera simple, el proyecto está basado en tres pilares, de los que fuimos responsables. El primero la gestión del primer equipo, el segundo la estructuración y organización de las canteras, y el tercero en influir ante la sociedad con actividades, porque lo deportivo va de la mano de cómo podemos ayudar a las personas”.
Quizá el primer equipo del país con filosofía de juego. “En lo estrictamente deportivo, desde el primer día quisimos crear una identidad de juego para la institución, basados en un método de entrenamiento que debían seguir todas las divisiones formativas. Esto nos ha permitido generar un ADN en el fútbol ecuatoriano y que nos puedan reconocer cuando jugábamos, sin importar el rival”.
La creación de las canteras. “Uno de los ejemplos de trabajo en esta estructura, fue la cantera. Esto nace gracias a que en el primer año estábamos en Segunda Categoría y no había divisiones formativas, pero al ascender a la Serie B pudimos crear una Sub 13, Sub 17 y Sub 17 para competir en FEF. Ya con eso empezamos a desarrollar el proyecto, y lo primero era elegir a los entrenadores adecuados; analizando CVS de todos ellos, y decidiendo convocar a lo proyectos que creímos que encajaban en nuestro proyecto. Tomamos un examen escrito para ver el conocimiento futbolístico y su mentalidad, después pasamos a tomar prácticas dentro del campo y luego decidimos sobre las personas más adecuadas. Era importante que los entrenadores tengan claro cómo desarrollar nuestra filosofía de juego, entonces tuvimos que capacitarlos de forma activa”.
Muchas veces salieron de las canchas. “Fue fundamental las actividades con jugadores, entrenadores y padres de familia, para que más allá de que entiendan el juego y desarrollen sus capacidades, se desarrollen como seres humanos y como hijos, que tengan buenos hábitos. Lo pasamos muy bien, fueron momentos muy felices de convivencia con ellos”.
Un escuadrón de talentos a disposición del club. “Creamos un equipo élite de jugadores Sub 17 y Sub 19. Con ellos tuvimos una semana de trabajo, con el motivo de conocerlos mejor y saber sus deseos de debutar con el Imbabura SC. Varios de ellos se sumaron a los entrenamientos del primer equipo. Hemos sido consistentes en promover futbolistas al equipo de primera, y ese ha sido un logro muy importante. Entendieron que cada desventaja tiene una ventaja, y ellos entendieron que nuestras limitaciones económicas nos permitían darle una total importancia a nuestras formativas”.
Se involucraron con la sociedad. “Pensamos en no sólo mirar casa adentro, sino en ver la forma de ayudar a fundaciones. Creamos un seminario académico deportivo, para que muchas personas puedan asistir. El objetivo era transmitir que no es necesario tener todos los recursos materiales para cumplir un sueño o un objetivo. Nosotros no entendíamos un no, lo veíamos de una forma diferente para que se convierta en un sí. El precio era muy cómodo, y todo lo recaudado fue destinado a una fundación de lucha contra el cáncer”.
Finalmente, otras iniciativas fuera del campo. “Realizamos un partido benéfico, que nos permitió darnos cuenta de que no sólo tenemos que mirar casa adentro, sino ver las oportunidades que tenemos para ayudar al prójimo. Generamos actividades de inclusión, compartimos con niños con diferentes capacidades, dimos un momento de felicidad y llenamos nuestros corazones. Generamos el campeonato infantil Copa Imbabura SC, para provocar una convivencia de deporte y buenos hábitos con muchachos de otras academias, porque en el fútbol formativo se tiene que apoyar. Estas actividades nos han permitido entrenar en San Blas y en Urcuquí”.